Cómo tomar muestras
¿Qué son las pruebas de paternidad o control de filiación?
La asignación de paternidad se establece cuando un laboratorio utiliza métodos genéticos para demostrar que un supuesto padre es realmente el padre biológico. Las pruebas pueden utilizarse también para excluir la paternidad, es decir, para confirmar que un padre tiene un genotipo incompatible con un supuesto hijo.
¿En qué se basan las pruebas de paternidad?
El análisis del ADN permite conocer el material genético que un individuo ha heredado directamente de sus padres biológicos. El ADN se encuentra en cualquier parte del cuerpo representado de forma idéntica: en la sangre es el mismo que en la piel, músculos, huesos, dientes, etc. El ADN de un animal se crea desde el mismo momento de la concepción y permanece idéntico a lo largo de su vida. Las características genéticas de un individuo deben provenir de sus padres al 50%, de forma que si una marca concreta no proviene de su madre, necesariamente tienen que venir de su padre. Información adicional
¿Cuál es la precisión de las pruebas de ADN?
La declaración de incompatibilidad entre un padre y un hijo tiene una certeza absoluta (salvo confusiones en las muestras u otros errores no imputables al método), del cien por cien. La asignación de paternidad, sin embargo, tiene asignada una probabilidad que depende del número de porciones de ADN empleadas para la prueba y su fiabilidad puede ser muy superior al 99%.
¿Cómo deben recogerse las muestras?
El análisis se puede hacer a partir de sangre, saliva, u otro material (consúltelo con la compañía donde las vaya a solicitar):
A. Sangre1.-
- En primer lugar tiene que extraer una cantidad de sangre al animal, entre 1 y 2 ml., dependiendo del tamaño del animal.
- Viértala sobre la solución que está contenida en el tubo que le hemos remitido2, cierre el tubo y mezcle invirtiendo cuidadosamente el tubo dos o tres veces.
- Anote la identificación del animal en el lateral del tubo.
- Remita la muestra a la empresa, a temperatura ambiente.
B. Saliva.-
- Limpie y seque la zona en la que el labio del perro se une a su mandíbula (es preferible que el animal no se haya alimentado recientemente) con un papel secante.
- Utilice los dos hisopos y frote con intensidad moderada durante medio minuto la zona que acaba de limpiar.
- Introduzca los hisopos despacio y con cuidado en el tubo que contiene la solución conservante, de modo que absorban la misma y queden bañados por ella.
- Siga los pasos 3 y 4 del apartado anterior.