No se puede medir la angustia que causa que nuestra mascota enferme de gravedad. Si el animal ha sido comprado recientemente, nos podemos encontrar en medio de un tipo de práctica nociva para la fauna: los criaderos ilegales. El diario La Vanguardia publicó el pasado 10 de febrero una noticia en la que se reflejaba como estos centros llevan a cabo sus prácticas en España y Europa. Su actividad consiste en la cría desproporcionada de animales y su venta sin tener en cuenta medidas sanitarias. El resultado de estas acciones es que las mascotas sufren las consecuencias de una mala alimentación y enfermedades, entre otras cosas.

Otro de los castigos impuestos a los animales es el hacinamiento al que se les condena. La falta de higiene es una constante en estos casos. En definitiva, estos criaderos venden mascotas en pésimas condiciones de salud por precios que no se ajustan a la realidad. El comprador, cuando accede a estos centros, obtiene un animal en mal estado que muchas veces no sobrevive al paso del tiempo. 

Para evitar que esta conducta vaya a más hay que dejar de formar parte de ella. Si sigue habiendo compradores desinformados, los presuntos criadores seguirán practicando este tipo de tortura. La solución se basa en dos puntos: la prevención y la acción. Cuando hablamos de prevenir, hablamos de saber detectar si un criadero es ilegal. Si no estamos seguros al cien por cien de que éste cumple las condiciones requeridas, debemos echarnos atrás. A la hora de hablar de acción nos referimos a denunciar. Si hay la más mínima sospecha de que se maltrata a animales, lo idóneo es informar a las autoridades competentes. 

Detección

¿Cómo sabremos si un criadero es ilegal? Ante todo hay que ir con ojo crítico. Debemos ver las mascotas en persona y evitar las compras a distancia. Una vez en el criadero hay que fijarse en las condiciones en que viven los animales. Un aspecto a destacar es si viven bajo techo o no. Las lluvias pueden traer resfriados, que unidos a una dubitativa salud, pueden ser de mayor trascendencia de lo que esperamos.

También hay que fijarse en la higiene. Cosas tan simples como el olor nos pueden guiar. Hay cosas que son inaceptables, tales como que no se limpien las deposiciones de las mascotas. Otro aspecto es el visual. Hay que ver si los perros, gatos o la mascota que busquemos está sana. Si vemos que el animal está excesivamente delgado, debemos sospechar. También salta a la vista si el susodicho tiene parásitos externos y no puede dejar de rascarse. 

Por último, debemos calibrar las reacciones del comprador cuando le hagamos las preguntas pertinentes. Hay que sacar el tema de las vacunas y las garantías. Como ya hemos mencionado, toda compra es recomendable que sea en persona. Abundan los casos en Internet de criaderos ilegales. En muchas ocasiones los animales al ser comprados se transportan en malas condiciones desde países de Europa del Este. Esta práctica es posible gracias a la libre circulación en las aduanas de la Unión Europea y al bajo control que hay respecto a este asunto. Una vez en nuestra casa no podremos pedir explicaciones al vendedor. 

Consejos

Errikarta Rodríguez -del criadero Atxarrea- recomienda, ante todo, responsabilidad. A la hora de comprar un cachorro hay que ir acompañado de un experto en la materia como se hace en otros casos como, por ejemplo, adquirir un coche: "No se trata de un juguete". También aconseja que el interesado se informe del tipo de raza que quiere. Por encima de todo hay que ser serios. Hacerse con un animal implica una responsabilidad.

Ya hemos mencionado que hay que ser muy exigente a la hora de verificar las condiciones de los animales. Tenemos que ver si cada uno de ellos tiene el cobijo adecuado. Hay que apelar al sentido común para detectar síntomas de hacinamiento. Hay que ser el "poli malo" a la hora de visitar un criadero, pero teniendo en cuenta que el fin es bueno. Si compramos la mascota, estemos seguros o no de su procedencia, el primer paso es llevar al animal al veterinario. 

Como hacemos en otros casos de nuestra vida, debemos exigir garantías por escrito. Si el animal tiene pedigrí tenemos derecho a comprobarlo y pedir el visionado de su hoja. Entre las garantías que debemos ver está la inscripción de núcleo zoológico. Para conseguir esta licencia los criadores deben pasar por el Ayuntamiento y la Consejería de Sanidad. Se deben aprobar aspectos como contar con la infraestructura adecuada, tener condiciones sanitarias óptimas o poseer el carnet de manipulador de productos desinfectantes.

En conclusión, debemos ser críticos y responsables a la hora de comprar una mascota. Nosotros no somos responsables de las torturas a los animales pero, bajo ningún concepto podemos ser cómplices.

 

Fuente: mascotas.facilisimo