La desparasitación es una parte fundamental de la medicina preventiva, ésta se debe iniciar desde que la madre queda gestante, ya que la transmisión de parásitos puede ocurrir a través de la placenta y durante la lactancia. Posteriormente se desparasita a los cachorros, así como a la madre, una vez que se destetan. Para esto es importante hacer de su conocimiento, que los desparasitantes sirven en su mayoría para atacar los parásitos adultos, por lo que una sola desparasitación no es suficiente, la desparasitación se recomienda llevarla a cabo dos y hasta tres veces, separando las aplicaciones entre 8 y 12 días.


Antes de comenzar un calendario de vacunación en cachorros, deberán aplicarse por lo menos dos desparasitaciones, la razón es que si un cachorro presenta parásitos, no se podrá nutrir de buena forma y sus defensas son disminuidas, por lo que la respuesta a la vacuna será mala o nula en algunos casos.

Existe una variedad de parásitos intestinales que pueden atacar a nuestros perros, en general se dividen en tres grandes grupos:

Los más conocidos y comunes son las clásicas lombrices blancas y largas, que se enrollan (Toxicara Canis) y otras mas gordas y pequeñas parecidas a un arroz (dipilidium caninum).
Cada grupo de parásitos son en realidad organismos diferentes entre sí y por lo tanto responden de manera diferente a los tratamientos desparasitantes, esto quiere decir que los de un grupo pueden ser sensibles a algún medicamento, mientras que los del otro grupo pueden ser resistentes a ese mismo tratamiento, por lo que no existe un solo desparasitante que tenga la capacidad de eliminar a todos los parásitos de nuestros perros al mismo tiempo.

Se necesitan de combinaciones de diversas sustancias en un mismo producto o por separado para que se pueda eliminar a la mayor parte de ellos. Hay que recordar que algunos desparasitantes solos o en combinación no pueden ser empleados en cachorros y otros más en hembras gestantes o lactantes debido a que pueden ser tóxicos o causar malformaciones a los fetos en desarrollo, y también es importante mencionar que se deben calcular correctamente las dosis y los tiempos de aplicación para su adecuada eliminación. 

Muchos casos de parasitosis gastrointestinales caninas no se acompañan de signos clínicos de enfermedad, pero debido a que muchos de ellos se contagian a las personas, es necesario controlarlos por nuestra propia salud. Existen encuestas que documentan consistentemente la presencia de enfermedades provocadas por parásitos caninos en personas, principalmente niños, a estas enfermedades se les denomina enfermedades zoonóticas (enfermedades transmisibles de los animales al hombre). por ejemplo cuando el hombre ingiere huevos embrionados o en desarrollo de toxocara canis las larvas en el interior de nuestro organismo se liberan del huevo y migran por vía sanguínea a todo el cuerpo y pueden dañar los ojos u otros órganos, a esos síndromes se les conoce como larva migrans ocular y visceral y son comunes en niños. Las larvas de ancylostoma caninum por ejemplo, pueden penetrar a través de la piel humana intacta y originar un trastorno pruriginoso conocido como larva migrans cutánea. Otros como el Dipilidium caninum y la Guiardia también son potencialmente zoonóticos. Por lo tanto la importancia real de la desparasitación de nuestras mascotas radica mas en la salud nuestra, que en la salud de la propia mascota. Por todas estas razones la manera mas efectiva para que tengamos mascotas sanas y seguras es llevarlas a desparasitar con el Médico Veterinario de su confianza y también prevenir la contaminación ambiental por medio de la recolección de las heces que origina nuestro perro en nuestra casa o en la vía publica.
Por desgracia, no necesariamente nuestras mascotas requieren del contacto directo con perros infestados para adquirir parásitos, el Ancylostoma caninum puede ser adquirido a través de la piel de nuestros perros, por lo tanto pueden adquirirlos inclusive durante el paseo por el parque, si tiene contacto su piel o patas con heces de algún perro infestado.

Otra forma de transmisión muy especial es la que realiza el dipilidium caninum ya que requiere de intermediarios para poder transmitirse (o sea organismos que albergan temporalmente a los parásitos para luego transmitirlos a nuestros perros), en este caso es la pulga, y otros parásitos mas se adquieren de conejos o ratones. Es decir, estos parásitos requieren ser ingeridos por estos huéspedes para poder completar cierta etapa de desarrollo en ellos, que no podrían completar en ningún otro lado y cuando nuestro perro (huésped final) se come en este caso una pulga infectada se liberan estos, y así se completa su ciclo en el intestino de nuestras mascotas. Por lo tanto evitar o controlar las pulgas en nuestros perros o eliminar del ambiente a las ratas, es también parte del manejo para eliminar parásitos intestinales.
Las larvas microscópicas de los parásitos redondos cuando las ingieren nuestras mascotas deben pasar por un ciclo de maduración en el cual migran del intestino a vías sanguíneas para después regresar al intestino y desarrollarse como adultos, (y en algunos casos algunas larvas migrantes se quedan enquistadas en los tejidos de las perras y ahí pueden vivir por muchos años, y cuando nuestras perras se vuelven madres, se da el ciclo de la madre a los cachorros que ya vimos). Como ya se mencionó la mayoría de los medicamentos no es eficaz contra las larvas en migración, es por ello que se debe dar una segunda desparasitación dos o tres semanas después ya que es el tiempo que tarda la larva migrante para pasar nuevamente al intestino como un parásito adulto y volverse sensible a los desparasitantes comerciales.
Por todos estos datos el camino mas seguro para conservar sanas y seguras a nuestras mascotas es desparasitarlas regularmente con su Médico Veterinario, el sabe de la responsabilidad que tiene como cuidador de la salud de las mascotas, pero sobre todo por la responsabilidad como cuidador de la salud publica. En ocasiones el Médico puede solicitar una muestra fecal para realizar un examen en busca de huevos de parásitos y elegir así el desparasitante adecuado, en otras ocasiones puede usar una combinación especial para evitar estos estudios, cualquiera de ambas opciones es correcta. Por ultimo no esta demás recordar que aparte de desparasitar a nuestras mascotas cada 4 a 6 meses, hay que tener mucha higiene, al limpiar diariamente las heces, y evitar la presencia de ratas o pulgas con productos especiales para ello. De esta forma podemos, de manera segura, seguir gozando de los momentos de placer que nos brindan sin correr ningún riesgo.
Una cosa más, evite que su perro defeque en la vía publica, pues como usted ya vió, existe el riesgo de que cualquier persona, incluso usted mismo, se pueda contagiar de parásitos.


La desparasitación No protege durante un año

A diferencia de las vacunas, la desparasitación funciona al momento y no se mantiene una protección por cierto tiempo, por lo que un perro recién desparasitado al entrar en contacto con parásitos al siguiente día podrá ser infestado de nuevo. Por esto, la desparasitación se debe realizar cada cuatro o seis meses y es necesario administrarse al mismo tiempo a todos los perros que convivan en una casa. Lo ideal es realizar un estudio con muestras de excremento de tres días diferentes para identificar el tipo de parásitos y administrar el medicamento específico. 


Visita al veterinario regularmente

El médico veterinario deberá realizar un examen físico general como parte de la vacunación anual y de la desparasitación cuatrimestral o semestral, esto es una buena manera de aproximarnos a los perros y revisar puntos clave para identificar el desarrollo de una enfermedad, formación de sarro dental, problemas de piel, etcétera, sin embargo, no siempre es suficiente, es recomendable realizar chequeos con pruebas de laboratorio por ejemplo, en animales mayores de cuatro años y dependiendo de los resultados realizarlos cada año o dos años, con el fin de diagnosticar enfermedades tales como diabetes, hipotiroidismo, hiperadrenocortisismo, o problemas en hígado o riñón, por mencionar algunos, que de otra forma nos sería imposible diagnosticar en los perros.

En perros predisponentes por ejemplo a displasia de cadera, es importante tomar estudios radiográficos para diagnosticarla, aún cuando el perro no presente signología (evidencia de padecer la enfermedad), ya que se puede “controlar” el desarrollo de este padecimiento, a través de medicamentos y suplementos alimenticios.