El semental canino ideal es aquel que transmite a su descendencia el tipo de la raza y sus cualidades físicas y psíquicas. Se trata de un macho fuerte, atrevido y sano. Debe ser verdaderamente adulto y, aunque el perro puede reproducirse desde la pubertad (siete meses), la edad ideal es desde los dos hasta los ocho años. 

La elección del macho no debe dejarse para última hora. Hay muchos perros de raza, pero pocos verdaderamente dignos de reproducirse para mejorar la raza. Si la hembra se va a aparear por primera vez, sería aconsejable un macho con experiencia, pues facilita mucho las cosas.

También es aconsejable acordar las condiciones de la monta con el propietario (distribución de los cachorros, gastos, repetición de la monta, si sólo sobrevive un cachorro, edad con la que el propietario del macho escogerá al cachorro, etc.). Un criador nos pedirá una cantidad de dinero que dependerá de la calidad del perro, así como de sus premios obtenidos. El particular, normalmente, escogerá un cachorro entre los nacidos. En caso de que la camada sea mayor de seis se quedará con dos cachorros, uno elegido por él y otro por el propietario.

Es relativamente raro encontrar en venta reproductores adultos de calidad. La mayor parte de los reproductores disponibles (hembras o machos) tienen un alto riesgo de presentar defectos ocultos o no satisfacer las expectativas respecto al estándar. Es natural entonces que, por lo general, los criadores reserven los cachorros más prometedores de su criadero para explotarlos personalmente. La elección de reproductores recaerá entonces en cachorros, lo que significa realizar una apuesta sobre el porvenir, ya que la conformidad con el estándar de la raza y la fertilidad sólo se confirmarán mucho más tarde.

Tratándose de un macho del que todavía nada se sabe respecto a su descendencia, cuando llega a la pubertad, es prudente controlar la calidad del semen, antes de destinarlo a una monta o a una inseminación.

El examen de la movilidad de los espermatozoides debe realizarse en un microscopio con platina caliente.

Verificación de la calidad del semen

El espermograma (examen detallado del esperma) sirve para pronosticar el poder fecundante del semen. Este examen permite prever el riesgo de infertilidad masculina (ausencia o escaso número de espermatozoides, excesivo número de formas anormales, falta de movilidad, etc.) y seguir el desarrollo de la pubertad desde el inicio de la actividad sexual. Esto ayuda a determinar el momento adecuado para destinarlo a la reproducción y también a detectar los primeros signos de envejecimiento en los sementales próximos a ser retirados de la reproducción. Se necesitan dos o tres espermogramas consecutivos, con

1 a 2 días de intervalo, para:

  • Apreciar la calidad del semen.
  • Evaluar la renovación de la reserva de espermatozoides, que condiciona el ritmo de utilización del reproductor.
  • Evaluar el potencial de un semental. Ciertas razas, como el Bullmastiff,parecen presentar ciclos estacionales, con alternancia de espermogramas de buena y de mala calidad; en muchos machos, el primer espermograma después de un largo período de abstinencia es mediocre; otros, por último, no liberan la totalidad de la fracción espermática en la primera extracción.

Al realizar una extracción de semen, resulta útil apreciar:

  • El color y la transparencia de las tres fracciones: la observación a simple vista de la fracción espermática, que debe presentar un aspecto lechoso, permite ya hacerse una idea de la concentración de espermatozoides.
  • El volumen del eyaculado: por lo general, es directamente proporcional al tamaño de la raza y, por consiguiente, a la longitud de las vías genitales de la hembra.
  • ElpH (acidez) del semen: puede revelar una infección.
  • El movimiento de los espermatozoides: se evalúa por observación irecta al microscopio, sobre una platina caliente y con poco aumento (observar una imagen similar a "un campo de cereal movido por el viento" es un buen indicio de la vitalidad general del semen).
  • La movilidad de los espermatozoides, que se evalúa por observación directa al microscopio, con mayor aumento. Hay que calcular la proporción de espermatozoides inmóviles y, por el contrario, de los de gran movilidad.
  • La proporción de formas anormales: se evalúa por observación directa al microscopio y no debe ser superior al 30%.
  • El porcentaje de espermatozoides vivos: se evalúa por observación al microscopio con un colorante vital (eosina- nigrosina, que penetra selectivamente en los gametos que estaban muertos antes de la tinción.
  • El número total de espermatozoides: se determina a partir de un recuento realizado al microscopio, en una cámara de recuento celular. Es generalmente proporcional al tamaño de la raza.

Forma anormal de espermatozoides (4flagelos). Por lo general, estos espermatozoides carecen de movilidad suficiente y, por lo tanto, no son fecundantes. El éxito de la inseminación depende de que las formas anormales no sobrepasen el 30%.

El conjunto de estos resultados se consigna en un cuadro a partir del cual se puede deducir el potencial de fertilidad de un semental. Cuando se obtienen varios espermogramas consecutivos de mala calidad cabe sospechar la posibilidad de que el perro haya sido sometido a tratamientos médicos (tratamientos con hormonas, antifúngicos o corticoides, radioterapia, etc.), en épocas recientes o durante el período de crecimiento. Cuando es posible leer un periódico a través de la fracción espermática, ésta no posee una concentración suficiente de espermatozoides.

En un examen del semen con poco aumento, sobre una pantalla, el movimiento en forma de "campo de cereal movido por el viento" constituye un buenindicio de vitalidad. El recuento de espermatozoides en una cámara de recuento celular permite estimar el número total de espermatozoides y calcular la concentración del semen (debe haber, como mínimo, 150 millones de espermatozoides por dosis inseminante).

Análisis genealógico

La mejor prueba de la fertilidad de un reproductor no es el espermograma, sino la existencia de descendencia reciente. El estudio de su descendencia permite, además, evaluar la calidad genética de su semen por la aptitud para transmitir sus cualidades a la prole (parecido). También es conveniente reunir datos sobre el tamaño de las camadas que se le atribuyen, para valorar su prolíficidad, característica que parece estar relacionada, en parte, con la vitalidad del semen. Por último, gracias al pedigrí es posible conocer el número de campeones que existen en su ascendencia, para deducir, en especial si sus probables cualidades genéticas son consanguíneas.

¿Es necesario cruzar a los perros?

La mayoría de los canes que viven en las ciudades no han mantenido relaciones sexuales nunca, aunque no les afecta especialmente, pues el comportamiento sexual del perro obedece a su instinto, no a los sentimientos. Lo ideal sería que toda hembra criase una vez en su vida, y que todo macho también tuviese oportunidad de aparearse, pero desde luego no es imprescindible.

 Son muy pocos los machos que desarrollan conductas anormales por la carencia de relaciones sexuales y, cuando esto sucede, suele ser consecuencia de una escasa liberación de tensión a través del ejercicio físico. Cuando un can vive encerrado en un piso y no lo sacamos a la calle habitualmente, no le quedará más remedio que proyectar su sexualidad hacia los humanos, simulando el coito frotándose contra las piernas o intentando montar a niños pequeños.

Debemos desterrar la idea de que estas conductas se deben a que tenemos un 'perro vicioso'. En realidad, simplemente está demostrando que su sexualidad se ha desplazado al no encontrar un cauce normal, sufriendo por ello. La solución pasará por incrementar la cantidad de ejercicio físico y aumentar el tiempo de relación con otros congéneres y, a poder ser, cruzarlo con una perra. Si eso no fuese suficiente, convendría instaurar un tratamiento hormona

Fuente: valdelesabeyesmascotas.facilisimo