La úlcera corneal es uno de los motivos de consulta más frecuente en oftalmología veterinaria. Una úlcera corneal ocurre cuando se pierden epitelio y una cantidad variable de estroma.

En función del grado de destrucción tisular, podemos encontrar:

Úlcera corneal profunda con descemetocele central en un carlino

  • Úlceras corneales superficiales
  • Úlceras corneales profundas
  • Descemetoceles
  • Perforaciones de la córnea


A la falta de tejido y su pertinente inflamación se les puede acompañar la presencia de edema, infiltración celular, neovascularización y/o pigmento.

Las causas son muy variadas:

  • Origen mecánico: traumas,  cuerpos extraños, alteraciones en los párpados (entropión, tumores del margen palpebral, etc)  o en las pestañas (pestañas ectópicas, distiquiasis, etc)
  • Origen infeccioso: bacterias, virus (herpesvirus en gatos) y hongos
  • Origen metabólico: queratoconjuntivitis seca, hiperadrenocorticismo, etc
  • Agentes químicos: sustancias tópicas maliciosas, champúes y baños. Hay que tener especial cuidado de no utilizar clorhexidina para desinfectar el ojo o sus alrededores porque elimina el epitelio corneal, mejor usar pavidona yodada diluida.
  • Origen inmunitario: queratitis del Teckel

Ulcera corneal carlino
Detalle de la úlcera del carlino, Se puede apreciar su extensión gracias a la aplicación de la fluoresceina.

La gravedad varía dependiendo de la profundidad de la córnea que esté afectada, del tipo de úlcera y si está o no infectada (las Pseudomonas son los gérmenes más peligrosos). Las úlceras pueden curar en unas horas sin tratamiento o llevar a la pérdida del globo ocular.

La úlcera puede ser superficial, en la que sólo está afectado el epitelio corneal, y que viene acompañada con un dolor muy intenso (la inervación va en la superficie), que se manifiesta con: epífora, blefaroespasmo, fotofobia, procidencia de la membrana nictitante y miosis (uveitis refleja). La forma más fácil de diagnosticarla es mediante la prueba  de la fluoresceína. Existe una úlcera corneal superficial, con pérdida de epitelio, llamada queratitis ulcerativa recurrente o úlcera tórpida (muy común en la raza Boxer), que suele ser refractaria al tratamiento médico.

Las úlceras profundas (afectan a más de la mitad del estroma), duelen menos pero son más graves, porque si no curan, puede llegar hasta la membrana de Descemet, que con el tiempo puede ceder a la presión intraocular, produciéndose un descemetocele.

En el caso de que no se detenga este proceso, pude producirse una perforación corneal, con la salida del humor acuoso y el iris, que tiende a taponar la perforación, sale al exterior, produciéndose una hernia de iris.


Ulcera corneal carlino
Úlcera corneal superficial con bordes irregulares, por debajo de los que se mete la fluoresceína (úlcera indolente)

Las pautas para el tratamiento de la úlcera corneal son las siguientes:

1º. Determinación de la etiología. Terapia específica para eliminar la etiología (eliminación de pestañas ectópicas, corrección de entropion, etc). Debemos revisar debajo de la membrana del tercer párpado para descartar cuerpos extraños.

2º. Control de la infección, siempre vamos a dar colirios antibióticos ya que el saco conjuntival es una parte muy contaminada. A veces es útil el empleo de antivirales como en los casos de herpesvirosis felina.

3º. Controlar el dolor, puesto que las úlceras suelen ir acompañadas de uveítis, que debe ser tratada.  Se utilizan ciclopléjicos, que provocan relajación de los músculos ciliares.

NUNCA se deben usar corticoides ni anestésico local para controlar el dolor.

Ulcera corneal carlino

Úlcera corneal superficial causada por la presencia de un cilio donde no debería estar (distiquiasis). Hasta que no se retire el cilio la úlcera no curará, a pesar del tratamiento.

4º. Cuando las úlceras son colagenasa positivas, lo que sabremos porque hay un cambio de color alrededor de la úlcera y hay pérdida de consistencia de la córnea (licuefacción), se deben utilizar sustancias anticolagenasa. También están indicadas en los descemetoceles.

5º.  En las úlceras profundas el tratamiento médico suele ser insuficiente para su curación y debemos recurrir, en la mayor parte de los casos, al tratamiento quirúrgico. La técnica empleada dependerá de las características de la úlcera, del posible agente contaminante, así como del estado de la córnea que nos permita o no suturar sobre ella.

Lorena Pérez Fernández.

Extraído de elblogdeabritos