¿Quién pone las reglas en casa?
La mayoría de los perros saben que no son los que deben dirigir la casa. De hecho, no quieren cargar con esa responsabilidad. Pero si su dueño no asume el papel de líder, no tienen más opción que intentar hacerlo.
En la naturaleza tienen reglas y límites. Cuando un perro vive en una casa quien ha de imponer las reglas, somos nosotros. Por tanto, lo que se le permita hacer en casa solo depende de nosotros.
Hay determinados comportamientos que los expertos aconsejan prohibir, ya que animan a que tome el liderazgo. No debemos permitir que se suba encima de nosotros cada vez que lleguemos a casa (ni a nosotros ni a nadie), que llore cuando se vaya a quedar solo, mostrarse posesivo con juguetes o con la comida, mostrarse agresivo hacia cualquier perro, o hacia cualquier persona. Tampoco debemos dejarle que ladre sin cesar y por supuesto que marque o muerda.
Hay algunos comportamientos que son instintivos para los perros y otros que son genéticos. Como dueños y líderes debemos controlar ambos. Cada vez que bloqueamos un comportamiento instintivo, hemos de reconducir la energía hacia un comportamiento que nosotros aceptemos, ya que la energía que impulsa a nuestro perro a iniciar ese comportamiento deseado no desaparece.
Es importante establecer reglas claras y consistentes para que nuestro perro sepa cuál es su lugar en la jerarquía familiar. Aquí hay algunos consejos para establecer y mantener un liderazgo efectivo:
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Sé consistente: Los perros necesitan consistencia en las reglas y límites que se les imponen. Establece pautas claras y asegúrate de seguirlas de manera coherente. Esto ayudará a tu perro a entender lo que se espera de él y evitará confusiones.
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Establece rutinas: Los perros se sienten seguros y tranquilos cuando tienen una rutina establecida. Establece horarios regulares para las comidas, los paseos, el juego y el tiempo de descanso. Esto ayudará a tu perro a anticipar y comprender su rutina diaria.
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Utiliza refuerzo positivo: En lugar de castigar los comportamientos no deseados, enfócate en recompensar y elogiar los comportamientos apropiados. El refuerzo positivo, como el uso de golosinas, elogios y caricias, fomentará el buen comportamiento y fortalecerá el vínculo entre tú y tu perro.
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Proporciona ejercicio mental y físico: Los perros necesitan estimulación mental y física para mantenerse equilibrados y felices. Proporciónale actividades y juegos que desafíen su mente, como buscar objetos o realizar obediencia básica. Además, asegúrate de brindarle suficiente ejercicio físico a través de paseos regulares o sesiones de juego activo.
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Establece límites claros: Es importante establecer límites claros sobre lo que está permitido y lo que no lo está. Por ejemplo, no permitas que tu perro se suba a los muebles si no quieres que lo haga. Establece zonas específicas para que descanse y juegue, y refuerza consistentemente estos límites.
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Busca orientación profesional si es necesario: Si estás experimentando dificultades para establecer el liderazgo o enfrentas comportamientos problemáticos en tu perro, considera buscar la ayuda de un adiestrador profesional. Ellos pueden brindarte las herramientas y técnicas adecuadas para establecer una relación saludable y equilibrada con tu perro.
Recuerda que el liderazgo no implica ser autoritario o violento con tu perro. Se trata de establecer un vínculo basado en el respeto mutuo y la confianza. Al asumir el papel de líder responsable, estarás creando un ambiente seguro y armonioso para tu perro, permitiéndole ser feliz y saludable en tu hogar.