Criar con biberón a un cachorro es un trabajo arduo, que nos va a ocupar las veinticuatro horas del día, extremadamente cansado y no siempre con garantías de éxito. Quienes han vivido esta experiencia, pueden comprender el enorme sacrificio que realiza una perra durante 4 semanas ininterrumpidas para criar a sus pequeños.

Son muy variadas las circunstancias que nos obligan a criar un cachorro a biberón, las más habituales la muerte de la madre durante el parto o que nos regalan un perrillo de pocos días. Para criar un cachorro sin la madre hemos de tener en consideración los siguientes parámetros: Ambiente, alimentación, defensas naturales y adquiridas e influencia sobre el carácter.

La mayoría de los cachorros que mueren mientras son criados artificialmente, lo hacen por causas como el frío; empleo de leche inadecuada o contaminada por falta de asepsia en su preparación; neumonía por ingestión demasiado rápida de la leche; infecciones causadas por microorganismos como consecuencia de la falta de limpieza de los cachorros y su entorno y golpes al caérsenos de las manos.


La limpieza

Es un lugar común pensar que el baño es perjudicial para los cachorros, especialmente cuando son muy pequeños. Esto es falso, el baño no provoca enfermedades sino que las previene. Debemos distinguir el baño con las condiciones en que éste se realice, si la temperatura del agua es correcta y el cachorro es secado convenientemente al abrigo de corrientes de aire o frío, no hay por qué guardar ningún temor. Tras el parto la hembra baña de forma natural a su cachorro lamiéndolo insistentemente hasta que le deja limpio. una limpieza adecuada del cachorro que se cría huérfano es importante, las sustancias jabonosas eliminan o inactivan gran número de virus y lo mismo ocurre con los huevos de parásitos como las lombrices intestinales o las pulgas. Podemos limpiar al cachorro con una espuma seca especial para este fin, que resulta fácil de comprar en los comercios o simplemente con algodón empapado en agua tibia jabonosa, cuidando bien de secarle y evitar que quede expuesto al frío.

En condiciones normales la madre limpia a los cachorros, les incita a defecar lamiendo sus partes genitales y a continucación ingiere las heces. Esta es la razón por la que la primera semana de vida de los cachorros podemos observar que el cajón de la paridera se encuentra completamente limpio.

Con el cachorro huérfano nosotros tenemos que suplir esta labor materna. Para ello nos valdremos de un algodón humedecido en agua tibia, con el que rozaremos el ano y los genitales provocando la micción.

Después le secaremos para prevenir irritaciones.


El ambiente

El cachorro criado artificialmente debe permanecer en un ambiente seco y cálido, lo más cómodo es tenerlo en una cesta o caja de madera situada cerca de un foco de calor artificial (almohadilla eléctrica o lámpara de infrarrojos) y con el suelo cubierto de una materia absorbente que cambiaremos con frecuencia para que se mantenga limpio y seco, evitando la aparición de dermatitis.

Tradicionalmente se ha utilizado el papel de periódico cortado en tiras o el serrín, el serrín no es reconmendable pues el polvo que contiene ocasiona conjuntivitis e irritación en los ojos del pequeño.

Periódicamente debemos comprobar la temperatura ambiente en que se encuentra el cachorro, que oscilará entre 30 y 32 grados en los siete primeros días de vida; en torno a los 27 grados en las dos semanas siguientes y a 23 grados el resto de días hasta que se pueda alimentar por sí mismo.

EL CACHORRO CRIADO ARTIFICIALMENTE DEBE PERMANECER EN UN AMBIENTE SECO Y CÁLIDO, AL ABRIGO DE LAS CORRIENTES DE AIRE.


La leche adecuada

Los cachorros recién nacidos tienen su aparato digestivo preparado solamente para digerir la leche de su especie. De unos mamíferos a otros (vaca, cabra, perra, etc.) la proporción de los componentes de la leche (proteínas, hidratos de carbono, lípidos) varía notablemente. Cuando se va a criar un perro de pocos días a biberón, con frecuencia se recurre a la leche de vaca, por se la más fácil de adquirir. Un error que provoca graves diarreas e incluso deshidratación y muerte del cachorro. Y es que la composición de la leche de vaca, por su riqueza en lactosa, sólidos no grasos y grasas la hacen inadecuada para el perro. Si comparamos la composición centensimal de las leches de perra y vaca: Proteínas % (perra 8; vaca 3,3); Grasa % (perra 9; vaca 3,8 ); Lactosa % (perra 3,1; vaca 4,8 ), es fácil observar que la leche de vaca será adecuada para los cachorros solamente si logramos aumentar considerablemente las proteínas y las grasas y disminuir la lactosa, un azúcar disacárida que asimilan bien los rumiantes pero no los perros. Pero hacer tal cosa no es precisamente sencillo, por lo que será más provechoso recurrir a uno de los dos siguientes métodos.

  1. Leche maternizada de perra en polvo, indudablemente la mejor opción, que encontramos en el mercado bajo distintas marcas comercializada por las empresas de alimentación canina.
  2. Leche para bebés humanos de venta en farmacias, en presentación concentrada o deshidratada.

Estas leches son de alta calidad, fácilmente solubles y presentan una palatibilidad que hace que sean inmediatamente aceptadas por el cachorro.

Siempre que sea posible huiremos de esas fórmulas tradicionales, conservadas de en boca, en la que se mezcla leche de vaca, con yema de huevo y otros productos similares. Son engorrosas, se contaminan fácilmente y los resultados no son halagüeños. Como ejemplo de la ignorancia que en esta materia existe no son pocas las personas que tratan de criar a un cachorro con leche de vaca a la que añaden agua para que ``no sea tan fuerte´´.


El biberón

Podemos emplear un biberón de niño como los que comercializa ``Chicco´´ con tetina fina antihipo, que asegura un flujo constante del alimento. Se debe evitar que el cachorro succione aire, que después le provocará molestias. Es importante que el final de la tetina sea liso y no terminado en una guinda o ensanchamiento más grueso. Para las razas más pequeñas sirven los biberones de juguete o los que se venden especialmente para perros. Antes de cada toma el biberón debe higienizarse por ebullición y mantener en todo momento una escrupulosa limpieza idéntica a la que emplearíamos con un bebé humano.


Vigilando el carácter

Un perro separado prematuramente de su madre puede crecer con trastornos psíquicos, puede tornarse tímido, agresivo por miedo e incluso de adulto ser incapaz de relacionarse con otros perros. Por ello en cuanto esté vacunado debe ponerse en contacto con otros perros y permitir que emprenda con ellos todos tipos de juegos. La naturaleza ha dado al perro un carácter juguetón, durante la infancia el perro aprende a comportarse dentro de su grupo social gracias al juego. Mediante el juego el cachorro madura y desarrolla todos sus mecanismos de comunicación social. No debe preocuparnos que a veces grite asustado, debe acostumbrarse a los otros perros, el daño siempre será menor que la tara psicológica por ausencia de relaciones sociales.

 

Fuente: Revista PeloPicoPata, Elaborado por EDUARDO DE BENITO.