Con el embarazo psicológico, se presentan en la perra los síntomas que tendría si estuviese realmente preñada, y se puede  observar:

  • Vientre abultado.
  • Desarrollo de las mamas.
  • Producción de leche.
  • Cambios en la conducta.

Una perra con embarazo psicológico, se muestra nerviosa, puede tener alteraciones en su apetito, prepara el sitio para el nacimiento de sus cachorros, excavando algún agujero en el jardín, o buscando algún sitio donde esconderse. También es frecuente que adopte algún juguete, cojín o zapatilla, como cachorro, dándole a éste, el mismo tratamiento cariñoso y protector que daría a su propio hijo, inclusive puede imitar darle alimento, calor y hasta mostrarse agresiva si se le quita ese objeto.

Se debe dejar que la naturaleza siga su proceso en algunos casos menos severos  y darle un trato como si estuviera realmente preñada. Se le dejará tranquila, evitándole situaciones de nerviosismo, que puedan desarrollar su agresividad y este estado puede durar sólo un par de semanas.

Los efectos, pueden variar en intensidad, provocando cambios en el comportamiento que hay que monitorear de cerca. En aquellos casos donde la producción de leche es abundante, es necesario acudir al veterinario para que realice la medicación correspondiente, para eliminar esta producción, pues puede llegarse al caso de producirse una mastitis.

Los pseudoembarazos, suelen repetirse, y no se resuelven una vez que son repetitivos , es falso pensar que se puede solucionar permitiendo que la hembra quede embarazada y críe porque en general estas perritas no estan preparadas para ser verdaderamente madres activas.

Los frecuentes embarazos psicológicos, pueden ocasionar que esta perras sean proclives a sufrir una infección intrauterina, denominada piómetra, que no es mas que la infección del útero, lo cual conlleva a la necesaria extracción del mismo, cuando es atacado a tiempo, pues en caso contrario, ocasiona la muerte del animal en la mayoría de los casos.

La piómetra es más frecuente en las hembras mayores de cinco años, y aparece tras un período de celo. Esta se revela por la pérdida del apetito, aumento de sed, de orina y además vómitos después de beber. Si no es tratada a tiempo, la perra se va debilitando, aumenta el tamaño de su abdomen, y se producen derrames por la vulva. Por lo general, al llegar a este estado, ya es necesaria la intervención quirúrgica, para salvar la vida de la perra.

Así, que los embarazos psicológicos, no deben ser descuidados, o tomados como una “excentricidad” de nuestra perra, deben ser controlados, y poner especial cuidado, para evitar que en el caso de presentarse una piómetra, pueda ser atendida a tiempo.