Las mascotas viven vidas relativamente cortas. Y para muchos de los que las amamos, su muerte puede afectarnos tanto o más que la de un pariente o un amigo. Y sin dudas, son muy pocos los que pueden no ser tocados por el deceso de un animal doméstico. 

Los animalitos simbolizan diferentes cosas en  cada uno de nosotros. Una mascota puede ser el niño que todavía no hemos concebido, o quizás el que todos llevamos dentro. Puede reflejar al compañero o al padre ideal, siempre fiel, paciente, que nos da la bienvenida al llegar a casa y nos ama incondicionalmente. Es como un amigo y un hermano al mismo tiempo.

Nos refleja a nosotros mismos, al incorporar nuestras actitudes negativas y positivas. Un mismo animal puede ser todo esto al mismo tiempo, dependiendo del día y de la persona con que trate.

Cuando muere, sabemos que nuestro profundo dolor será reconocido por nuestros parientes, amigos y compañeros de trabajo. Pero difícilmente esas personas puedan sentir la profunda tristeza que abarca nuestro ser, al momento de tener que decirle adiós a nuestra mascota. Lo cierto es que el proceso de duelo por su muerte, no es diferente al que se realiza por el fallecimiento de un ser humano, mas allá de que para la sociedad no haya ningún tipo de comparación. 

EUTANASIA significa "Buena muerte", eu = bueno, thanatos = muerte. Esta tiene por finalidad evitar sufrimientos insoportables o la prolongación artificial de la vida a un enfermo.

Hay mucha controversia respecto a la eutanasia de mascotas y existen diferentes posturas que tienen que ver con que esta es mal utilizada ,como por ejemplo por criadores masivos que respetan estándares y se dedican a deshacerse de la manera más simple de perros con defectos que no presentan problemas de salud ; o también que existen personas que piensan que el control poblacional de perros de la calle se podría solucionar "eutanasiando" al  máximo a todas las mascotas sin hogar , sin analizar problemas de fondo evidentes .Pero más allá de esto la Eutanasia es un tema muy diferente a lo que piensa el general de las personas.  

Es en un principio comúnmente aceptado o por lo menos conocido, que en algún momento nos tengamos que enfrentar a la muerte eventual de nuestra mascota.Y debemos informarnos y saber hacer frente a la decisión imprevista de que nuestra mascota deba ser "puesta a dormir" o sacrificada debido a una dolencia de vejez o enfermedad.  

La decisión sobre si debe realizar la Eutanasia en  la mascota, y sobre todo cuando debería ser , es una de las decisiones más difíciles para hacer frente y hasta es inpensable que nos pueda ocurrir ; sin embargo nadie está ajeno a pasar por esto , por lo que hay que interiorizarse.

Primero debemos decir que aunque sea una decisión personal,  no necesita ser una decisión solitaria. Su Médico Veterinario, sus familiares y amigos íntimos pueden ayudarle a tomar la decisión correcta. No sólo considere lo que es mejor para su mascota, también lo que es mejor para usted y su familia. La calidad de vida es igualmente importante para ambas las mascotas y las personas.

El trabajo de su veterinario es proporcionar información y orientación acerca de la condición del animal doméstico , él debe ofrecerle la comprensión y las alternativas a tener en cuenta sobre la salud y estado de su mascota .

Su Médico Veterinario entiende el enlace humano hacia los animales domésticos, puede examinar y evaluar la condición de su mascota, puede valorar sus oportunidades para la recuperación, y puede discutir su incapacidad potencial y los problemas a largo plazo pero su Médico Veterinario no puede tomar la decisión de la eutanasia por usted, es importante que usted entienda en detalle la condición de su mascota. Si cualquier parte del diagnóstico o las posibles consecuencias para el futuro de su mascota no le queda claro, pídale que repita la explicación de nuevo. Difícilmente la situación requerirá una decisión inmediata y normalmente usted tendrá algo de tiempo para revisar los hechos antes de tomar una decisión. 


Analiza estos postulados :

  • Un perro tiene lesiones graves de las que nunca se recuperará o que comprometerá gravemente su calidad de vida.
  • Un cachorro nace con defectos graves que no se pueden corregir con cirugía y no pueden ser soportado por el perro, no puede sobrevivir al destete o puede no llegar a la madurez (por ejemplo, empeoramiento de la hidrocefalia progresiva)
  • Un perro tiene una condición relacionada con la edad que no puede ser aliviada y que causa la miseria por ejemplo, la senilidad avanzada, la incontinencia.
  • Un perro tiene una enfermedad terminal y se deteriorará progresivamente. 

No hay un propietario que desea permitir que su mascota sufra y es difícil llegar a un acuerdo con la mortalidad en general, por lo que este análisis nos hace reflexionar de la postura que tenemos ante estos casos. 

En algunas enfermedas el costo del tratamiento puede ser el factor decisivo en una fase muy temprana. A menos que el perro esté asegurado, el propietario disponga de ahorros o un préstamo sin garantía o el veterinario ofrezca un pago a plazos de un  plan, el tratamiento disponible puede ser simplemente demasiado caro." Por lo que debemos recordar un item importante acerca de la Tenencia Responsable de Mascotas:"Tener una mascota acarrea la responsabilidad económica que ponemos en ella durante toda su vida ". 

La eutanasia podría ser también  necesaria si un animal se ha vuelto feroz, peligroso, o difícil de controlar. Pero un poco de conducta indeseable y anormal puede ser modificada, por eso es importante discutir estas situaciones con su Médico Veterinario.

Limitaciones de espacio o cambios en el estilo de vida también pueden causar que un dueño considere la eutanasia para su mascota pero  es posible encontrar otro lugar de residencia para la mascota y esa opción debe seguirse antes de optar por la eutanasia.

La eutanasia sólo debe ser considerada cuando no hay alternativas disponibles. 


Esperanza de vida y la calidad de vida 

Al enterarse de que una mascota tiene una enfermedad incurable o que presenta signos de la edad avanzada, un propietario por lo general se pregunta "cuánto tiempo tiene?" Algunas enfermedades tienen un progreso muy lento, aunque son intratables. Otras condiciones son más agresivas y progresan rápidamente después que los síntomas aparecen por primera vez.

Los perros son buenos en ocultar los primeros signos de la enfermedad y, aun cuando el propietario está vigilante, algunos alcanzan una etapa avanzada de su enfermedad antes de mostrar síntomas , por una cuestión natural el más débil en una manada es devorado por otro y ser fuertes está  aún en su instinto animal , también nosotros somos parte de su manada  y hemos trasmitido en ellos sentimientos por lo que  no quieren  vernos sufrir y de alguna forma nos cuidan es por lo que les costará mostrarse rendidos .

Los perros también se diferencian en la forma en que reaccionan a las enfermedades y tratamientos por diferentes razones que tiene que ver con su salud en general durante toda su vida, con su fisiología y anatomía particular  es por lo cual su veterinario probablemente no será capaz de darle un rápido y duro pronóstico acerca de la esperanza de vida. Él le puede dar las directrices y decir acerca de los signos de deterioro pero saber si el perro tiene un par de semanas o algunos años es relativo.

La mayoría de los veterinarios  dan estimaciones de la esperanza de vida y esta varía de días a meses, dependiendo de la progresión de la enfermedad, la etapa de la enfermedad del perro se puede o no agravar por la edad y estado general. Saber si un perro puede esperar unas semanas o unos pocos años con una enfermedad deteriorante o un  malestar persitente afecta en gran medida la decisión.

La evaluación de los efectos secundarios del tratamiento (que van por ejemplo,desde una dieta de prescripción para la enfermedad renal en estado de sesiones de inyecciones diarias para la diabetes o incluso a sesiones de diálisis semanales bajo anestesia general) es también un factor importante, la posibilidad de que un perro pueda sobrevivir cómodamente en un corto período de tiempo a rigurosos tratamientos invasivos debe ser evaluada.

En algunos otros casos casos debemos tener en cuenta si el perro subsistirá en la ausencia o incostancia de tratamientos.

Un perro no hace planes para el año  ni  para próximas vacaciones. Los perros viven el momento - y por su próxima comida. Algunos tratamientos ofrecen una buena calidad de vida durante muchos años. A veces, sin embargo, una "vida corta es mejor que una, miserable larga existencia”.

La decisión emotiva de la posibilidad de la eutanasia a un perro se vuelve inminente en enfermedades degenerativas, incurables , accidentes, etc .

Un propietario que ha optado por un tratamiento prolongado acumula  un vínculo emocional con el perro y la decisión es más difícil en ese momento que cuando la condición fue diagnosticada por primera vez.

Sangre y muestras de orina, biopsias y radiografías o tomografías se pueden utilizar para medir cuantitativamente la progresión de la enfermedad y se puede utilizar como una indicación de la calidad de vida (ya que los perros son capaces de ocultar el malestar a veces, hasta que llegan a el punto de colapso).

En algún momento , la diabetes fué una sentencia de muerte, hoy en día los perros pueden recibir inyecciones de insulina diarias y vivir una vida activa. Hace quince años, un perro con epilepsia, probablemente era puesto a dormir y hoy muchos perros epilépticos tienen su condición controlada por pastillas y vivin una vida normal.Pero estos avances en la ciencia han significado años de investigación.Nosotros no somos capaces de prolongar la vida de nuestro animal... 

Cuando debemos enfrentar  la difícil decisión de si se debe o no intentar un tratamiento para prolongar la vida sin garantía de éxito, a veces es útil decir: "Él no está teniendo una buena vida, no quiero la prorroga sólo porque no puedo soportar la idea de perderlo. " y  podríamos preguntarnos:

  • ¿Cuál es la calidad de vida de mi mascota?
  • ¿Sigue comiendo bien? ¿Continúa siendo juguetón y cariñoso conmigo?
  • ¿Se interesa por seguir haciendo las cosas que le gustaba hacer antes?
  • ¿Se lo nota cansado y triste la mayor parte del tiempo?
  • ¿Sufre constantemente dolores?
  • ¿Tengo alguna opción para aliviarle el sufrimiento?
  • Sí tome la decisión de la eutanasia ¿No será por que estoy enojado con él debido a las restricciones que le ha impuesto a mi vida?
  • ¿Consulté con algún veterinario al respecto?
  •  ¿Cómo estoy viviendo yo a raíz de este problema?
  • ¿Deseo estar presente durante la aplicación de la eutanasia?
  • ¿Prefiero esperar en un área de recepción o un pasillo?
  • ¿Deseo estar solo o junto a algún ser querido en ese momento?
  • ¿Deseo que mi veterinario conserve el cuerpo hasta que pueda tomar medidas de entierro especiales?
  • ¿Deseo adoptar otro animal domestico?
  • ¿Preferiría recuperarme de esta perdida antes de considerar adquirir otra mascota? 

¿Cómo de practica la eutanasia?

El procedimiento de la eutanasia es simple y generalmente libre de estrés para su mascota, es indoloro.

Consiste en administrar una dosis alta de un agente anestésico que producirá una perdida de consciencia e inmediatamente después la muerte. Habitualmente este anestésico se administra mediante una inyección intravenosa en  una vena de la pata delantera aunque en ocasiones se inyectan en el abdomen del animal doméstico. La pérdida de conocimiento y la muerte se producen a los pocos segundos de la inyección. En algunas ocasiones, tras haber perdido la consciencia el perro respira profundamente, o tiene una respiración entrecortada, y ocasionalmente tras haber muerto puede tener espasmos o temblores musculares involuntarios incluyendo el movimiento de la mandíbula y se puede perder el control de su intestino.   Esto es una reacción normal del organismo, y no debe ser confundido con que continúa con vida. Cuando se practica de este modo la eutanasia es un procedimiento rápido, controlado, sin estrés e indoloro. No obstante, si una mascota es muy nerviosa es posible que el veterinario le inyecte primero un sedante para asegurarse de que sus últimos momentos de vida están completamente libres de inquietud.

Después de que esto haya terminado, usted tiene la opción de decidir que hacer con el cuerpo de su mascota .Si lo deja con su veterinario, tiene la opción de la eliminación del cuerpo con un agente de recolección comercial, por lo general el servicio de residuos patógenos se encarga de esto, o por decisión particular puede decidir un crematorio de mascotas privado o servicio de entierro que aunque pocos y costosos ya se pueden contactar en nuestro país. Por favor, asegúrese de discutir la eliminación de su mascota con su veterinario de forma que esto sea claro. 


Enfrentar  la pérdida, como haya sido,  es difícil...

Después de que su mascota se ha muerto, es natural  sentir aflicción y tristeza.

Para algunas personas, pasar algún tiempo con la mascota después de la eutanasia es provechoso.

El proceso de duelo incluye el aceptar la realidad de su pérdida, aceptar que la pérdida y los sentimientos que la acompañan son dolorosos, y el ajuste a su nueva vida que ya no incluye a su mascota. Al entender el proceso de sufrimiento, usted estará mejor preparado para arreglárselas en su pesar y así ayudará a otros en la familia que comparten esta pérdida.

Hay muchas fases de aflicción, pero no todos las experimentamos en la misma forma. El rechazo puede empezar cuando usted enfrenta por primera vez la gravedad de la enfermedad de su mascota o sus lesiones. A menudo, entre más súbita es la muerte, es más difícil aceptar la pérdida.

El enojo y culpa siguen a menudo al rechazo. Su enojo normalmente puede dirigirse hacia las personas que usted ama y respeta, incluyendo a su familia y a su Médico Veterinario. Las personas que enfrentan  la muerte de su mascota dirán a menudo cosas que ellos realmente no quieren decir, hiriendo aquéllos a quienes ellos no quieren herir. Usted puede culparse o culpar a otros por no reconocer la enfermedad más temprano, por no hacer algo más pronto, por no poder permitirse el lujo de otro tipo de tratamiento extenso, o por ser descuidado permitiendo el daño al animal.

Usted también puede sentirse deprimido. Las lágrimas se derraman, hay nudos en su estómago, y usted tiene la percepción que ha agotado toda su energía. Las tareas diarias pueden parecer imposibles de realizar. A veces usted puede preguntarse incluso si usted puede seguir su vida sin su mascota. La respuesta es sí, pero hay tiempos cuando la ayuda especializada puede ser útil para tratar con su pérdida.

Una vez que usted y su familia aceptan la situación de sus sentimientos, usted puede empezar a solucionar y aceptar la muerte de su mascota. Cuando usted ha alcanzado la resolución y aceptación, los sentimientos de rechazo, enojo, culpa, y depresión pueden reaparecer. Si esto pasa, estos sentimientos normalmente serán menos intensos, y con el tiempo se reemplazarán con los recuerdos cariñosos.

Si usted entiende que éstas son las reacciones normales, usted estará mejor preparado para arreglárselas con sus propios sentimientos y para ayudar a otros a enfrentar los suyos.

La familia a veces bien-intencionada y amigos no pueden darse cuenta de que tan importante era su animal doméstico para usted o la intensidad de su pesar. Comentarios que ellos hacen pueden parecer crueles y sin cariño. Sea honesto con usted y con otros sobre cómo se siente. Si la desesperación aumenta, hable con alguien que quiera escuchar sus sentimientos sobre la pérdida de su mascota. Hable sobre su pena, pero también acerca de los tiempos divertidos que usted y su mascota pasaron juntos, las actividades que usted disfrutó, y los recuerdos que son significativos.

Si usted o un miembro familiar tienen la gran dificultad de aceptar la muerte de su mascota y no pueden resolver los sentimientos de aflicción y de tristeza, usted puede platicar estos sentimientos con un profesional especializado que entienda el proceso de duelo, como un especialista en depresión, clérigo, asistente social, médico, o psicólogo. Su Médico Veterinario entiende ciertamente el enlace que usted ha tenido con su mascota la cual ha perdido y puede recomendarle algunos de los recursos en la comunidad, como un grupo de apoyo o líneas telefónicas de consulta.


Explicando la muerte de una mascota a un niño

Es natural que intentemos proteger a nuestros hijos de las situaciones adversas y dolorosas. Sin embargo, muchos adultos se sorprenden al ver lo bien que los niños asumen estas experiencias, sobre todo cuando se les dan explicaciones claras y honestas. Esto es así porque desde muy chicos, los niños comienzan a comprender el concepto de muerte, aunque sea a nivel inconsciente.

Lo peor que se puede hacer con un niño, es mentirle. Se debe evitar decirle que los animales se “han puesto a dormir”, ya que eso podría provocarles un tremendo miedo cuando deban irse a la cama. Decirle que “se lo ha llevado Dios”, podría provocar que el chico se enfurezca por la perdida ha la que lo ha sometido.

Los chicos son capaces de entender –cada uno a su manera- que la vida no es infinita. Apóyelos reconociendo su dolor. La muerte de una mascota puede ser una buena oportunidad para demostrarle la seguridad que usted puede otorgar a su familia en situaciones extremas.

Chicos de dos y tres años: A esta edad, los niños no suelen tener comprensión de la muerte. Lo ven como una forma de sueño, por lo que se les debe aclarar que el animal ha muerto y no volverá. Sus reacciones frente a la noticia son de perdida temporal del habla y de necesidad de acompañamiento. Debe tranquilízalos diciendo que la muerte del animal no tiene ninguna relación con algo que haya dicho o hecho el niño. Es muy común que a esa edad, los niños acepten fácilmente a otro animal en reemplazo del que ha fallecido.

De cuatro a seis años: A esta edad existe una cierta comprensión de la muerte, aunque  se la relaciona con otra forma de vida. Pueden crear que el animal se fue a vivir debajo de la tierra, pero que continúa comiendo, respirando, y jugando. También pueden pensar que está dormido. Muchos se sienten responsables de la muerte por algo que le hayan hecho, por lo que debe dejársele en claro que no tuvieron ninguna responsabilidad. Otros creen que la muerte será contagiosa y lo afectará a él o a algún miembro de la familia, por lo que también aquí deben dárseles explicaciones amplias y claras.

Las formas de expresar su pena pueden también ser por alteraciones en el sueño y la ingesta de comida, así como por la incontinencia temporal. Lo ideal es que los padres les hablen constantemente, para evacuar todas sus dudas y conflictos.

De siete a nueve años: En esta etapa los niños saben que la muerte es irrevocable. La mayoría no la asocia con la de su propia persona, pero puede que algunos chicos lo hagan con la de sus padres. Por ello, los padres deben ser muy cuidadosos en sus respuestas, hablándoles de forma franca y honesta. Algunos chicos podrán expresar su pena con problemas de aprendizaje, comportamiento antisocial, falta de atención en la escuela, hipocondría, o agresiones físicas. Muchas veces, estos síntomas no se manifestarán espontáneamente sino algunas semanas o meses mas tarde.

Adolescente: Aunque muchos de ellos tienen reacciones adultas, otros exhiben diferentes tipos de negación. Esto puede tomar la forma de una “cerrazón” emocional, por lo que aunque sufran la pena de la perdida, no lo demuestran. Es importante entonces que el adulto sepa comprender el problema y lo ayude. 


 

¿Debo conseguir otra mascota?

La muerte de una mascota puede perturbarlo emocionalmente, sobre todo cuando está implicada la eutanasia. Algunas personas pueden creer que ellos nunca querrán a otro animal. Para otros, una nueva mascota puede ayudarles a recuperarse más rápidamente de su pérdida. Así como el pesar es una experiencia personal, la decisión de cuando, si alguna vez, traer una nueva mascota a su casa también es un aspecto personal.

Si un miembro de la familia está teniendo dificultad para aceptar la muerte de la mascota, conseguir un nuevo animal antes que esa persona haya resuelto su duelo puede insinuar que la vida de su mascota era indigna por el pesar que todavía está experimentando o también puede sentir que no se lo toma en cuenta.

Los miembros familiares deben estar de acuerdo con el momento adecuado para adquirir una nueva mascota. Aunque usted nunca puede reemplazar a la mascota que perdió, usted puede obtener otra para compartir su vida. 

 

Fuente: Club Pug Argentina