¿Para qué ponerle placa a mi mascota?

Robo. El caso de robo es mayormente posible en los perros de raza o aquellos que por su aspecto llaman la atención (tamaño, belleza, simpatía, rareza). Aún así­, hay que cuestionarnos lo siguiente: ¿de verdad tengo cuidado respecto a mi perro? Sea de raza o no nuestro perro, lo consideremos llamativo o no, nunca debemos dejarlo salir solo, ni siquiera con el pretexto de que vivimos en una privada o condominio y que “todos lo conocen y lo quieren”. No debemos ser tan confiados: así vivamos en una privada o fraccionamiento cerrado no estamos exentos de que personas ajenas (o malintencionadas) llamen al animal y tranquilamente se lo lleven o que en un descuido esté abierto el zaguán, el animal salga y cualquiera en la calle se lo lleve.

 

Debemos cuestionarnos también si somos buenos dueños con nuestra mascota: quizá el animal es solamente un artí­culo decorativo en movimiento, algo que usamos para presumir y que a la vez ni siquiera nos preocupan sus necesidades básicas (alimento, techo, salud, atención). En este caso, quizá alguien más se percate de ello y decida “secuestrar” al perro para librarlo de las garras de un dueño nefasto.

Descuido. Esta es una causa bien común entre los animales extraviados (con placa o sin placa). La historia, salvo algunas variantes, es la misma: alguien abre la puerta (familia, conocidos, empleadas domésticas, repartidores de agua o gas, etc.) y el perro sale disparado hacia la calle. O también ocurre lo siguiente: hay dueños que se confí­an en que el animal “jamás” pone una pata fuera de la casa y que incluso pueden dejar la puerta abierta porque su perro es “muy obediente” u “hogareño” y que “sabe” que no debe salirse. Hay que preguntarnos ¿quién es el que sabe que la mascota no debe salirse, el animal o el dueño? O peor aún: hay quienes tienen a sus animales afuera de la casa (para que no se “aburran” adentro mientras van a trabajar o para que no causen molestias mientras están en casa) y creen que al regresar del trabajo, siempre los encontrarán ahí­. No hay que descartar también las puertas, zaguanes y rejas mal cerradas por las prisas o que incluso están averiadas o tienen agujeros o mallas rotas por donde un animal listo pueda escabullirse.

Existe también otro tipo de extraví­o de mascotas por descuido y también tiene que ver con los dueños: las personas que salen a pasear con sus perros sin usar collar ni correa. Aquí­ los dueños se confí­an de que el animal los sigue siempre (los llamados “perros satélite”), de que no busca pleito con otros y de que es faldero y/o amistoso. Cuidado. ¿Qué hará el dueño cuando se presente una situación inesperada como la agresión por parte de otras personas o animales o algún incidente o accidente de tránsito? Ante el peligro, es posible que la mascota que anda suelta no dude en huir del peligro alejándose, sin posibilidades de alcanzarla, o enfrentará al agresor y lo perseguirá alejándose también.

Animales no esterilizados. Aunado al descuido, hay otra razón poderosa por la cual muchos animales salen como corredores olí­mpicos de sus hogares: cuando no están esterilizados. En el caso de los machos que no han sido castrados, las hormonas los harán ir en busca de una hembra, cueste lo que cueste, así­ haya que romper mallas y saltar bardas o rejas. En el caso de las hembras en celo, también tratarán por todos los medios de aparearse con cualquier macho (sea del tipo que sea, sin importar si es de la misma raza que ella), así­ que también buscarán salirse de casa. Esto es algo vital: debemos esterilizar a nuestras mascotas para evitar fugas en busca de apareamiento. Y hay que tener presente que aún cuando nuestra mascota tenga collar con placa, puede alejarse cientos de metros de nuestro hogar en busca de una pareja, escapando así­ de nuestro radio de búsqueda. Es posible que pelee con otros machos para aparearse con una hembra y que en la disputa pierda el collar y así­ perdamos nosotros las posibilidades de recuperarlo.

Accidente. Ya sea que nuestra mascota no esté esterilizada o que sea un animal muy juguetón y que en un descuido salga corriendo hacia la calle, no podemos contar con la pericia de los conductores y que sea arrollado de inmediato. Aún cuando el conductor o el animal esquiven el impacto, el susto será tal que el animal correrá alejándose del peligro y se adentrará en calles o avenidas desconocidas y más temprano que tarde será impactado por un coche, sin que nunca sepamos qué ocurrió con el animal. Es cruel, pero hay que considerar también el que nuestra mascota sea agredida por otros animales o incluso por personas, sin saber nunca más de su paradero. Por último, puede ocurrir también que en una pelea nuestra mascota pierda su collar con placa o que se le caiga si es que la argolla que la sostení­a estaba semi abierta o en malas condiciones.


La importancia del collar con placa

El collar con placa tiene dos funciones: por un lado indica que el animal que lo porta tiene dueño y la placa es su confirmación más valiosa, pues trae al frente el nombre de la mascota y al reverso los datos del dueño (nombre, dirección, teléfono).

Los precios del collar y la placa pueden variar de acuerdo al material con que estén manufacturados, el lugar donde los adquiramos, e incluso (en el caso de la placa), la cantidad de información que pidamos escriban en el reverso.

Piensen en un perro sin estos aditamentos, caminando por la calle. ¿Qué se nos viene a la mente? Uno, que seguramente el animal es callejero; dos, que quizá viva en los alrededores.

A excepción de que veamos a un animal de aspecto cuidado y bien alimentado, cuyo nerviosismo sea obvio, consideraremos que está extraviado. Ahora bien, supongamos que nos compadecemos de él y que le hablamos con suavidad, le ofrecemos comida, tratamos de ganarnos su confianza hasta poder acercarnos a él y decidimos llevarlo con nosotros, ¿a quién reportaremos a este animal anónimo? El animal, desafortunadamente, no podrá decirnos dónde vive ni quiénes son sus dueños, quienes quizá estén buscándolo, incluso al otro lado de la ciudad.

Caso muy diferente serí­a encontrarnos en la misma situación anterior pero descubrir que el animal porta su placa: de inmediato llamaremos o contactaremos a sus dueños para devolver al animal y el final será feliz.

Hay otra alternativa a la placa y es la inserción de un chip, el cual es un dispositivo intradérmico que al pasarle un lector especial proporciona una clave que indica los datos de los dueños de la mascota (cabe mencionar que en paí­ses como España, es obligatorio). Los costos, eso sí­, son mucho más elevados que los del collar y la placa. Para mayor información, pregunte con su médico veterinario.

Sea mediante un tatuaje, un chip de identificación o del uso de collar y placa, he aquí­ la importancia (y la eficacia) de que nuestras mascotas estén identificadas.


Evitando la apatía

Hemos mencionado que hay collares de todos tipos, formas, colores y tamaños. Consideremos entonces que el collar (con placa, por supuesto) es un accesorio importante para nuestras mascotas. Escojamos uno de acuerdo a nuestro presupuesto y a nuestra mascota; esto implica que cuando vayamos a una tienda de mascotas, veterinaria o incluso tianguis, lo mejor serí­a llevar a nuestro amigo animal para probarle distintos tipos de collares (o por lo menos tomarle previamente la medida), pues de lo contrario es posible que compremos uno demasiado delgado o grueso para su cuello, o demasiado corto o muy largo, o incluso incómodo para el animal (hay que tener en cuenta que hay animales alérgicos a ciertos materiales, por ejemplo, el nylon: conviene entonces preguntar a nuestro veterinario).

Si ocurre lo anterior, puede que no cambiemos el collar y lo dejemos “para después”. O que incluso mandemos a hacerle su placa y eternamente posterguemos recogerla. O que argumentemos que no tenemos dinero para tales cosas... hasta que un mal dí­a se extraví­a nuestro animalito y es cuando darí­amos cualquier cosa por tenerlo de vuelta con nosotros.

No juguemos a la ruleta rusa. Como el collar debe ser portado siempre, las 24 horas, los 365 dí­as del año (sólo se vale quitarlo para bañar a nuestra mascota, poniéndoselo inmediatamente después), elijamos un collar cómodo y duradero. Los collares de nylon son una buena opción: son resistentes y ligeros, y traen un broche de presión para fácilmente quitar o poner. Aún así­, en ocasiones no conviene mucho utilizar dicho collar para sacar a pasear a nuestro perro, sobre todo si es un animal fuerte y que después de varios tirones rompa el collar (el broche de presión suele ser de plástico), por lo que hay que considerar el utilizar otro collar, de metal o de cuero para pasearlo (también están los arneses que se fijan al cuerpo del animal).

En el caso de que no contemos con mucho dinero tanto para el collar como para la placa, se recomienda lo siguiente: se puede comprar un collar antipulgas, de color claro. El material de que está hecho es de consistencia plástica y lisa, así­ que se puede escribir sobre éste los datos del dueño (nombre, teléfono y dirección), utilizando un marcador de tinta indeleble. Cumpliremos así­ una doble función: aparte de tener identificada a nuestra

 mascota la protegeremos de los parásitos externos.

Como hemos visto, no se requiere de mucho para que nuestra mascota esté protegida e identificada: todo es cuestión de no dejarlo pasar y el siguiente fin de semana (si no disponemos de tiempo entre semana), comprar en la veterinaria, tienda de mascotas o tianguis su collar con placa. Por lo menos podemos preguntar precios, hacer un pequeño ahorro y adquirirlo ¡ya!


 

Y Tú, ¿Ya censaste a tu mascota?

En la República Mexicana es cotidiano escuchar en la radio o ver en la tele un comercial en el que se conmina a todos los ciudadanos a “domiciliarse”, esto es, a actualizar los datos de su identificación oficial en caso de que se hayan mudado de casa. Muchos de ustedes conocerán a personas (incluso uds. mismos) que aún portan la misma credencial de hace muchos años y que ya se han mudado incluso más de una vez sin actualizar sus datos. Para uno como persona quizá esto no sea gran problema, porque al momento de efectuar algún trámite oficial simplemente llevamos una copia de alguno de los servicios (recibo de agua o luz) de nuestro domicilio y listo.

Pero, ¿qué hay de nuestras mascotas? Ya nos mudamos a nuestro nuevo hogar, que seguramente está a calles o incluso horas de distancia del anterior, y nuestra mascota porta su collar con placa... ¡pero con los datos anteriores!. Esto y que no porte nada, es lo mismo. No seamos irresponsables y si ya sabemos que estamos por mudarnos, hagamos un hueco en nuestra apretada agenda y encarguemos con anticipación la nueva placa de nuestra mascota con los datos actualizados. Así­ de simple: si vamos de compras o paseo a algún centro comercial, aprovechemos para visitar una tienda de mascotas y encargar la nueva placa, lo mismo si vamos el fin de semana a almorzar al tianguis, aprovechemos para ir al puesto donde venden accesorios para mascotas y encarguemos la de nuestro animalito. ¿O acaso no lo merece?


¿Y los cachorros? 

Este es un caso especial, que a muy pocos de nosotros se nos ocurre: ¿podrí­a extraviarse uno o varios cachorros y más si están tan pequeños que apenas caminan? La respuesta es sí­, como comentó en sus respuestas una persona encuestada. Esto aplica tanto aquellas personas que son criadores de traspatio como aquellas que han rescatado una camada de cachorros de la calle o que incluso su perrita o gatita quedó preñada y decidieron que nacieran los animalitos para después buscarles hogar.

Ya sea que nos quedemos con uno o con todos los cachorros, necesitan también una identificación: no fue raro leer historias en las que por un descuido, por una pequeña rendija, por debajo del zaguán, o incluso por una ventana semiabierta, el o los cachorros escaparon hacia la calle, como si fueran Houdini. Es cierto que no corren igual que un adulto, pero son mucho más vulnerables que éstos.

Un momento, me dirán, “y si no pienso o no puedo conservarlos a todos conmigo, ¿qué caso tiene comprarles un collar con mis datos a todos ellos?”. Hay una opción: se puede comprar un listón delgado (no demasiado) y escribir nuestros datos en él, utilizando una pluma o bolí­grafo que no se corra. Podemos también engrapar ambos extremos del listón (debemos medirlo antes al animalito) y metérselo por la cabeza, cuidando de que no le ahorque pero tampoco esté holgado y se le zafe o los otros cachorros lo tironeen de él. Mientras el animalito esté bajo nuestro cuidado deberemos checar al menos dos veces por semana si el collar no le aprieta para evitar estrangularlo. Cuando consiga un hogar bueno y permanente, con cuidado cortaremos este collar improvisado, y sobre todo instaremos al nuevo dueño que ya tenga listo su collar con placa.


Y a tu mascota, ¿Quién la cuida? 

Es muy posible que debido al trabajo o a la escuela dejemos encargada a nuestra mascota a alguien más. Puede ser nuestra mamá, la persona que hace la limpieza o incluso algún familiar o amigo a quien le pedimos alimente a nuestra mascota mientras estamos de viaje.

En todo caso debemos hablar con esta persona encargada y pedirle que tome ciertas precauciones cuando entre o salga de la casa, por ejemplo, en el caso de que nuestra mascota sea un animal que salta sobre la gente o que se encoge para escabullirse por debajo, se recomienda que al abrir la puerta no se haga totalmente o de golpe, sino que se le hable a la mascota mientras nos deslizamos por la puerta entreabierta, sin soltar la manija y que incluso la empujemos con nuestro cuerpo hacia el interior al tiempo que con voz firme le decimos ¡abajo!, o ¡atrás! Por supuesto, se recomienda ampliamente llevar a nuestra mascota a un curso de obediencia básica para que no nos salte encima o trate de escabullirse sin hacer caso a nuestras órdenes.

Hay que pedirle a esta persona encargada que bajo ningún motivo deje la puerta abierta (sea porque alguien llamó y está afuera esperando, entren repartidores de agua o de gas o simplemente salieron a barrer afuera y no quisieron llevar consigo las llaves de la casa) y que todos los que viven en casa la dejen cerrada siempre. Asimismo esta persona encargada debe tener algún número telefónico dónde localizarnos para notificarnos si el animal ha escapado: el tiempo, como lo veremos más adelante, es de vital importancia.

Se deben revisar también zaguanes, ventanas, cercas y bardas (hay perros que son estupendos escaladores y contorsionistas), que cierren bien y que se encuentren en buen estado. Recuerda: piensa como perro, lo que en este caso significa que debes ver las cosas desde su perspectiva visual (puedes ponerte en cuatro patas) y observar posibles “rutas de escape” que pasan desapercibidas de tu campo visual de humano.

Y por mucha prisa o ansiedad que haya al momento de partir de viaje, todos los miembros de la familia deben saber dónde anda su mascota: no es raro que con los preparativos la puerta quede abierta y nuestra mascota, sintiendo la ansiedad en el ambiente, se salga en un santiamén, como manifestaron algunos encuestados. 

Algo más que debemos tomar en cuenta es cuando hay fiestas y reuniones: si va a haber gente entrando y saliendo continuamente será recomendable el encerrar a nuestra mascota ya sea en su transportadora o en un cuarto donde no cause destrozos. Obviamente debemos dejarle agua y un juguete y recordar sacarla en cuanto todo el alboroto pase.


La importancia de la esterilización

Lo cierto es que en muchos de los testimonios brindados hubo un factor determinante que pudo haber influido poderosamente con el hecho de tener a nuestra mascota extraviada: el celo.

Se tratara de una hembra no esterilizada o de un macho sin castrar (eso serí­a tema de otra encuesta), los animales que tienen sus genitales intactos son arrastrados por sus instintos hacia la calle. ¿Dónde más encontrarán candidatos para aparearse? Un macho puede oler a una hembra en celo a muchas calles de distancia y hará hasta lo imposible (burlar la vigilancia del hogar) para copular con dicha hembra. O en caso contrario, la hembra estará en celo y buscará a otros machos para aparearse. Aunque los encuestados no manifestaron abiertamente estos hechos, lo cierto es que sí­ hubo muchos casos en los que afirmaron que su mascota “extrañamente” se escapó, cuando nunca antes le habí­a apetecido salir o era un animal sumamente hogareño. El instinto es el instinto.

Para evitar este tipo de trágicos episodios pasionales, lo más recomendable es que nuestras mascotas estén esterilizadas. Aquí­ mismo en la página de CAESPA-ARP podemos darles información sobre veterinarios y esterilizaciones a bajo costo. Nuestras mascotas ni engordarán, ni sufrirán de episodios de trastornos de personalidad, ni nada de eso. Al contrario, aparte de que no saldrán en busca de romance (o de pelea, o de defensa del entorno), evitaremos que padezcan cáncer y también evitaremos el problema de sobrepoblación animal. ¿Cómo podemos asegurar que el padre de esos pobres cachorros que viven en aquel lote baldí­o, muertos de hambre y despreciados por muchos, no son hijos de nuestro querido perro?

Por todo esto, seamos dueños responsables y esterilicemos a nuestras mascotas.


Sí, pero... Mi mascota ya está extraviada 

Como se mencionó al inicio de este artí­culo, la mayorí­a de las personas encuestadas afirmaron haber extraviado al menos una vez a sus mascotas. Esto indica que por desgracia es común que esto ocurra y que en mayor o menor medida estamos expuestos a que esto nos suceda. A continuación se dan algunos consejos acerca de qué hacer si nuestra mascota se ha perdido. 

  • En cuanto te enteres, toma sólo unos segundos e indaga lo siguiente: ¿Cómo sucedió? ¿Por qué? ¿Hacia dónde corrió? ¿Hace cuánto tiempo?
  • Si tu mascota sale corriendo y está a tu alcance debes llamarle por su nombre o silbarle y en cuanto voltee, correr en sentido contrario (teniendo cuidado de los vehí­culos): es muy común que las mascotas lo tomen a juego y corran incansablemente tratando de que no les den alcance, así que si corres en sentido contrario (sin avanzar demasiado, por supuesto) tratará inmediatamente de alcanzarte y podrás sujetarla.
  • Tu mascota puede mostrarse huraña o arisca al momento de toparte con ella (recuerda que percibe tu adrenalina), así que háblale en un tono suave, sin desesperarte, mientras te acercas  poco a poco.
  • Así como se ha dicho que el uso de collar y placa es crucial, el tiempo lo es también. De los testimonios de personas que lograron recuperar a sus mascotas mucho tuvo que ver que actuaron de forma inmediata. Si acaba de ocurrir, no esperes a que tu mascota regrese: sal de inmediato en su búsqueda. 
  •  Ten una foto de tu mascota (de preferencia reciente), o por lo menos un recorte de un animal parecido o de la misma raza: será más fácil que preguntes a la gente mostrando la foto que tratando de describirlo.
  •  Búscalo en los alrededores, inclinándote por aquellos sitios a donde sueles llevarlo a pasear. Hay animales que se guí­an perfectamente bien y que incluso regresan a casa por su cuenta; ojo: esto no significa que esperes a que ocurra.
  •  Pero no te limites a buscarlo únicamente en esos lugares: amplía el radio de búsqueda a las colonias cercanas y al resto de la ciudad. También hay animales que se desorientan totalmente y en medio de la ansiedad, los coches y el pánico, se alejan kilómetros de casa.
  •  Pide a vecinos, familiares y amigos que te ayuden a patrullar la zona, ampliando el radio de acción. Algunos pueden hacerlo a pie y otros en auto.
  •   Pregunta si han visto a alguien sospechoso o llevando un bulto o subiendo un animal a un auto: suele haber testigos cuando nuestras mascotas son raptadas. 

Si ya pasó más tiempo (horas o dí­as)... 

  • Busca en los antirrábicos, albergues y centros de acopio animal. No dudes en poner anuncios tanto en el consultorio de tu veterinario como en otras clí­nicas y centros comerciales. 
  •  Llama a las estaciones de radio y pide que transmitan tu mensaje: no sólo llames a tus estaciones favoritas, sino a todo tipo de ellas.
  •  Manda mensajes electrónicos a diferentes asociaciones animalistas y en especial a la siguiente: www.mascotasextraviadas.org 
  •  Pon carteles tanto en tu colonia como en toda la ciudad con su foto, indica tus datos y algo importante: desfleca los carteles y en cada fleco anota tu nombre y teléfono para que quien vea el cartel tome uno y pueda reportarse contigo si sabe algo.
  • Uno de nuestros encuestados propuso una buena idea: pedirle al repartidor de periódicos o a las personas de los puestos de revistas que por favor incluyan en cada diario una copia con tu cartel: así­ llegará a más personas aún.
  • Aunque suene curioso, se puede poner en la entrada de nuestra casa o en sitios estratégicos (a los alrededores)

prendas con nuestro olor para que nuestra mascota las olfatee y pueda orientarse.

Las recompensas. Mucho ojo. No se recomienda que pongas recompensa porque desgraciadamente atraes a personas aprovechadas: por desgracia hay gente sin escrúpulos que piensa “si da tal cantidad de dinero por un animal, ¿cuánto darí­a por alguien de su familia?”. 

En dado caso cuando llamen, no des ningún detalle y sí­ pí­dele datos precisos, incluso pon alguna trampa.

Si dicen tener a tu mascota, pí­dele a esta persona que se vean en un punto intermedio, o si vas a su casa, por seguridad siempre ve acompañado.

Por otra parte, toma en cuenta de que la persona que lo haya encontrado también desconfí­e en entregarte al animal, lo cual es válido si es una persona preocupada por el bienestar del mismo.

Si has encontrado un animal extraviado. Hubo tres personas que así­ lo indicaron en la encuesta. 

Antes que nada, hay dos indicios (que no son los únicos, ni son una regla) que nos dicen si un animal está extraviado: su nerviosismo y su aspecto. En este caso se nota de inmediato a un animal que anda sin rumbo fijo y que no sabe andar en la calle, además de que se ve bien comido (en el caso de que lleve horas o pocos dí­as de extraví­o) y la calidad de su pelaje, el cual posiblemente será más cuidado.

¿Qué se recomienda?

Primeramente se recomienda hablarle con calma, ya que posiblemente esté asustado y nervioso. Se debe acercar con cautela y tratar de ganarse su confianza con palabras o con comida, procurando ponernos a su estatura y tratando de no verlo directo a los ojos. En dado caso se le debe acorralar en un sitio seguro y echarle un lazo con una argolla en un extremo (un collar improvisado), para atraparlo. 

Siempre hay que tener cuidado de no exponer su vida (y mucho menos la nuestra) persiguiéndolo, sobre todo si hay coches alrededor.

Si el animal es confiado hay que preguntar a la gente de los alrededores si es de alguien: hay que descartar la posibilidad de que se trate de un “callejero con dueño” (en este caso, será decisión muy personal si aún así­ decidimos llevarnos al animal por verlo en malas condiciones). Habrá que verificar entonces si porta collar y placa.

A continuación hay que llevarlo al veterinario para que lo revise (si tiene alguna herida, afección o necesita vacunarse o desparasitarse) y entonces decidir si se queda pensionado ahí­ (dependerá de nuestras posibilidades) o nos lo llevamos a casa. 

Si se va con nosotros hay que alimentarlo y acondicionarle un lugar especial y apartado de nuestras mascotas (una especie de cuarentena por si pudiera contagiarles de alguna enfermedad).

Hay que poner entonces carteles y anuncios en la ciudad, clí­nicas veterinarias, tiendas de mascotas y gacetas relacionadas con animales indicando que nosotros lo encontramos extraviado. Manda un mensaje electrónico a asociaciones animalistas como esta y en especial a www.mascotasextraviadas.org 

Si aparece el supuesto dueño y va a tu casa, mantén al animal en una habitación sin que vea a la persona para ver cómo reacciona con su voz: esta es una prueba esencial. Si te contacta por teléfono, pide una descripción exhaustiva del animal y ponle una trampa. 

Si tienes dudas sobre el dueño o supuesto dueño, mejor no lo entregues, ya que podrí­a tratarse de un animal maltratado o utilizado para peleas (sobre todo si es de una raza utilizada para ello). Y por último, antes de entregarlo a una protectora o albergue (nunca al antirrábico, pues seguramente lo condenarí­as a una muerte cruel), averigua si lo mantendrán con vida o será eutanasiado (muerte sin dolor por inyección letal). Piensa que en ese tipo de lugares suelen tener demasiados animales albergados y que posiblemente no puedan tenerlo mucho tiempo ahí­. Y alguien puede estar buscando desesperadamente a esa mascota. Evalúalo antes.


Tips rápidos para evitar el extravío

1. Tu mascota debe portar todo el tiempo collar con placa y los datos deben estar actualizados. Importante: verificar periódicamente el estado del collar, la placa y la argolla que los une.

2. Cuenta las cabezas, sobre todo si tienes más de una mascota: verifica siempre que tu (s) mascota (s) esté (n) en casa o en un lugar visible.

3. Antes de salir, revisa que no queden ventanas, rejas, zaguanes o puertas de acceso abiertas. Pide a los demás en tu casa que también lo hagan.

4. Piensa como perro: verifica todas las posibles rutas de escape de tu mascota (puertas que no cierran bien, zaguanes viejos, huecos, etc.) y cierra o cerca bien, repara lo que esté dañado, viejo o roto.

5. Nunca, nunca dejes a tu mascota deambular por su cuenta en la calle (aún cuando porte collar y placa, sea perro o gato). 

6. Cuando tu mascota salga, debe ser contigo, usando collar, correa y placa

7. Lleva a pasear a tu mascota a lugares fijos: al menos tendrás la opción de que si escapa posiblemente vaya a dichos sitios.

8. Si hay alguna reunión en tu casa, encierra a tu mascota en una habitación o en su transportadora. Dale agua y con qué entretenerse.

9. Esteriliza a tu mascota. Evita escapes por querer aparearse: la mayorí­a de las personas encuestadas confesaron que sus mascotas extraviadas no estaban esterilizadas.

10. Y finalmente, platica con tu familia acerca de qué medidas tomar en caso de que tu mascota llegara a escaparse, diles que avisen siempre y de inmediato si eso ocurre. Mas vale ser organizado. 


 

Conclusiones

Al preguntar a personas que saben del tema, la gran mayorí­a afirmó que es difí­cil conocer la trayectoria que puede seguir un animal cuando escapa de casa: puede ser que siga a alguien para aparearse, puede ser que se encuentre a otro compañero de juegos, puede ser que al evitar ser arrollado, se asuste tanto que corra sin control y sin rumbo fijo (lo mismo si escucha algún sonido que lo asuste o alguien trate de dañarlo), el buscar un refugio apropiado, el seguir un rastro, el encontrar algo interesante o novedoso, vamos, cualquier tipo de situación indeterminada que lo aleje considerablemente de casa.

El tiempo es un factor determinante para localizar a una mascota: cuanto más temprano se haga, mayores son las posibilidades de éxito.

Las precauciones aquí­ descritas aplican a todas las mascotas, tanto a aquellas que nunca salen, como las que únicamente salen con sus dueños con collar y correa (o sin ella, siguiéndolos), o aquellas que “pasean por su cuenta”.

El extraví­o puede prevenirse y evitarse al ser dueños responsables: haciendo que nuestra mascota porte collar con placa, esté esterilizada, no se le deje salir sola, se tenga siempre cuidado al entrar o salir de casa y que todos los accesos de la misma estén correctamente asegurados. Y como sabiamente dijo uno de los encuestados: “Hay que mantener la calma, es muy importante actuar rápido y seguro, pero sobre todo, prevenir”.

 

Fuente: alrescate.org