La llegada de un nuevo carlino a casa puede generar algunas preguntas y preocupaciones sobre cómo será la convivencia con el pug que ya tenemos. ¿Se llevarán bien? ¿Habrá peleas? En este artículo, exploraremos algunas pautas para introducir con éxito un nuevo carlino en un hogar que ya cuenta con uno.

Antes que nada, es importante considerar los sentimientos de nuestro pug existente y comprender que esta nueva situación puede afectarlo, ya que ya no tendrá toda nuestra atención exclusiva. Aunque es natural querer proteger al nuevo cachorro, debemos dejar en claro que quien estaba antes en el hogar es el pug actual.

¿Cómo debemos actuar?

Siguiendo algunas pautas simples, facilitaremos la convivencia entre ambos perros.

Cuando lleguemos a casa, debemos saludar primero al carlino que ya tenemos. Él siempre será el primero y luego podremos prestar atención al nuevo cachorro.

Alimentar a ambos perros también requiere una estrategia. Primero, colocaremos la comida para el perro mayor y luego para el cachorro.

Si necesitamos ponerles collares y correas para salir a pasear, debemos hacerlo primero con el perro mayor y luego con el cachorro.

En resumen, en todas las actividades en las que ambos carlinos estén involucrados, el de mayor edad siempre tendrá prioridad.

¿Por qué es importante seguir estas pautas?

Los perros tienen una jerarquía en su estructura social, y aunque puedan parecer graciosos y cómicos, son animales que establecen una jerarquía dentro de su grupo. En primer lugar, están los "dos patas" (los humanos), luego los "cuatro patas" (los perros), y ellos intentarán establecer su jerarquía dentro de su grupo canino.

Siguiendo estas pequeñas pautas de comportamiento jerárquico, evitaremos conflictos y peleas entre ellos debido a la expresión de dominancia.

Es normal que el perro mayor muestre cierta resistencia en los primeros días, ya que está perdiendo parte de la atención que solía recibir. Puede comportarse de manera extraña, como marcar territorio levantando la pata en lugares inesperados. Sin embargo, con paciencia y dejándole claro que él es el "jefe" de su pequeña manada perruna, en pocos días dejará de comportarse de esa manera.

Normalmente, estos casos suelen darse más cuando ya tenemos un macho y estamos introduciendo otro macho. Con las hembras, no es tan común observar estos comportamientos, pero si la hembra tiene un carácter fuerte y dominante, puede haber algunas confrontaciones.

Al introducir un nuevo carlino en casa junto a nuestro pug existente, es importante tener en cuenta estas pautas para garantizar una convivencia armoniosa. Respetar la jerarquía y establecer límites claros ayudará a que ambos perros se adapten y se lleven bien. Con paciencia y tiempo, veremos cómo se establece un equilibrio en la manada perruna y podremos disfrutar de la compañía de ambos carlinos en nuestro hogar.