Lo primero que debemos intentar es conseguir una buena acogida en su nueva casa, por lo que los primeros días son muy importantes para que el cachorro se encuentre a gusto entre nosotros. Aunque la educación es importante, no debemos obsesionarnos, regañando al cachorro por todo nada más llegar a un lugar que no conoce, lejos de su madre y hermanos.

Debemos tener preparado el material necesario: un lugar cómodo en el que el cachorro pueda descansar y lo asocie con su sitio para dormir, la comida que le vamos a dar, dos recipientes (uno para el agua y otro para la comida), un collar del tamaño del perro, una correa, algún juguete...

En los primeros días de estancia en casa, se suele recomendar que el cachorro duerma en el lugar donde va a descansar definitivamente. No siempre es la formula correcta, tenemos que elegir bien su ubicación para no crearle un problema nada más llegar, pasar de estar durmiendo con su madre y hermanos de camada a dormir, por ejemplo, en un lugar desconocido donde existan ruidos fuertes como calderas, generadores, lavadoras... Estas circunstancias no facilitan nada la correcta acogida en su nuevo hogar y sin querer, conseguiremos que se sienta desamparado. Recordemos que lo que tranquiliza a un cachorro es nuestra presencia y necesitamos que poco a poco gane en confianza y conocimiento de su nuevo entorno. Lo que resulta clave es que una vez que hemos encontrado su lugar definitivo y mientras el cachorro no tenga ningún problema, no debemos hacer caso a sus llantos o ladridos con los que sólo intenta llamar nuestra atención, porque de esta forma  conseguiremos reforzar esa actitud y aprenderá que así es como obtiene nuestra atención. Incluso el famoso consejo de ponerle un reloj o radio por la noche, en algunos cachorros funciona de manera contraria, no dejándoles descansar de forma apropiada. Naturalmente esto debemos adaptarlo a nuestras necesidades y sobre todo al comportamiento del cachorro.    

También podemos acostumbrarle a un trasportín para perros, esto nos puede ser muy útil a la hora de viajar, tanto si le llevamos en nuestro coche como si viaja en avión, nos evitaremos el problema del estrés al verse en un habitáculo de reducidas dimensiones en el que no ha estado nunca. De esta manera tendremos un lugar en el que nuestro perro se sienta a gusto y tranquilo y así, a cualquier sitio donde llevemos su trasportín le tendremos controlado, evitando por ejemplo, que destroce objetos no deseados mordiéndolos o que viaje de forma descontrolada en el coche pasándose de un asiento a otro con el peligro que esto conlleva.

No es necesario esperar a una edad determinada para empezar a educar al cachorro, se debería comenzar desde el primer día, por supuesto como hemos comentado anteriormente, con mucho cariño y sin castigarle continuamente por todo lo que hace. Debemos fomentar buenos hábitos  desde el principio, proveerle de juguetes apropiados, horario regular de comidas para conseguir controlar sus deposiciones, acostumbrarle a un collar apropiado...

Una de las cosas mas importantes que debemos hacer para que nuestro cachorro crezca equilibrado es desarrollar una buena socialización, para ello debemos intentar que vea al mayor numero de personas y animales posibles, todas las situaciones que experimente nuestro cachorro serán determinantes para su desarrollo, siempre de forma progresiva y sin que corra ningún peligro. Pondremos un ejemplo para explicarlo mejor: hay muchos perros que de repente sufren un miedo pavoroso por un simple paraguas o al escuchar el sonido del cierre de una tienda , si en esta etapa le acostumbramos a vivir estas situaciones no tendremos nada de que preocuparnos.

Este periodo es el mas importante del desarrollo, estamos hablando de los primeros cuatro meses de vida del cachorro, por lo que si lo hemos adquirido correctamente (entre las siete y las ocho semanas de vida), tenemos poco tiempo para completarlo correctamente. Aquí entran en juego dos elementos básicos que nos van a ayudar en su educación, el criador y el veterinario, ambos son fundamentales. El criador para que la primera parte de esa etapa haya sido la adecuada teniendo junto a la madre y los hermanos de camada al cachorro y procurando tener contacto con él para que se acostumbre a la presencia y al contacto humanos. Por otro lado el veterinario nos ayudará a compaginar esta parte tan difícil del desarrollo en la que hay que tener en cuenta el bienestar físico y psíquico del cachorro, nos indicará cual es la secuencia de vacunas que debemos ponerle y los sitios de menos riesgo para poder desarrollar correctamente la socialización.

No queremos decir que a partir de los cuatro meses no sea importante su aprendizaje, sino que lo que se quede marcado en el cachorro durante ese tiempo nos va a facilitar o dificultar su educación. Por último y debido a esto, tendremos en cuenta que si adquirimos un cachorro pasado este tiempo, hay que buscar que haya sido criado en las mejores condiciones posibles o si lo adquirimos en una protectora de animales, no sólo buscar el perro que nos agrade físicamente sino que debemos comprobar que es un perro lo mas sociable y equilibrado posible, para que no se produzcan excesivas devoluciones y así evitar el perjuicio que esto conlleva.

 

Fuente: Enrique Solís, Educador Canino y director de Lealcan