Es común sentir cierta preocupación o presiones desde nuestra propia familia sobre como encajará nuestro carlino en la nueva situación familiar que vamos a tener en poco tiempo. Esto no tiene porque ser un problema y si tomamos ciertas precauciones podremos disfrutar doble de una gran experiencia.

Todo propietario de carlino sabe el gran apego que éstos tienen por sus dueños y que la nueva situación puede hacer que se sientan desplazados o se comporten de manera extraña pero la llegada del bebé, no es de hoy para mañana y podremos prepararnos durante todo este tiempo, tanto nosotros, como nuestro carlino, para la llegada del nuevo miembro familiar.

Si tenemos pensado seguir unas normas diferentes a las actuales cuando llegue el bebé, lo mejor que podemos hacer es empezar lo antes posible a aplicar estos cambios. ¿Por qué? Sencillo, cuanto antes se acostumbre mejor y nuestro carlino no asociará esos cambios a la llegada del recién nacido. 

Cuando nazca el bebé, es recomendable pedirle a alguien de confianza para el carlino que lleve a casa algo de ropa usada por el bebé con el nuevo olor (incluso pañales pueden valer), para que el carlino empiece a reconocer este nuevo olor. 

Salimos del hospital y vamos a casa, ¿Ahora qué? 

Al volver del hospital y llegar a casa, lo que hemos de hacer es una presentación "oficial" y para ello hemos de tomarnos el tiempo que haga falta y con mucha calma. Podemos proceder de dos maneras, coger al niño en brazos y acercarlo al carlino o dejando el bebé en el sofá, cama (donde creamos conveniente). Tanto de una u otra manera, el carlino se acercará a olerlo y finalmente integrará al bebé como parte de su grupo conocido. Poco a poco irá asimilando las nuevas rutinas de la recién ampliada familia en cuando a comidas, paseos, juegos.... Por supuesto, en ningún caso debemos dejar el bebé a solas con el carlino sin vigilancia.